Vive y deja vivir...
Diariamente
salimos a las calles y nos encontramos con diferentes personas, bajitos,
flaquito, morenos, altos y blancos. Así como también hay personas que tienen
diversos tipos de carácter, pero tengo que decir que el ser humano es
arrogante, yo diría que más de lo que solemos admitir. Ya que siempre existen
personas que se creen superiores a otras, que piensan que tienen suficientes
valores morales como para juzgar a otros o mejor dicho se creen con el derecho
de pedirle cuentas a los demás...
Si
bien es cierto, en la vida todos llegamos a conocer a un sinfín de personas,
las cuales no necesariamente tendrán un impacto en nosotros pero hay otras
personas que sí, que efectivamente nos sorprenden por la manera en que actúan,
la forma en la cual llevan su vida. Pero debemos ser conscientes que tras una
sonrisa o un cordial saludo, puede existir dolor, ausencia, amargura e incluso
tristeza.
Hay
muchas cosas que me molestan en este mundo loco, pero ninguna de ellas se compara
al hecho de ser juzgada por otros. No, trato de ser ningún tipo de mártir ni
nada, ya que como todo ser humano he sido molestada por otros, he sufrido
injusticias e incluso me he portado de manera inapropiada con los demás, porque
esa es la esencia de la “humanidad”. Ensayo y error, equivocarse y pedir
disculpas, caerte pero seguirte levantando porque todos aprendemos en el
camino. No obstante, es sumamente absurdo que alguien tome 5 minutos de tu
vida, 5 minutos de una situación para juzgar toda tu vida en un segundo, casi
como si estuviese viendo el tráiler de toda tu vida en un tiempo limitado.
¿Quién
eres tú para criticarme? ¿Acaso te di permiso de inmiscuirte en mi vida? ¿Cuándo
te pedí tu opinión que no lo recuerdo? Solo aquel que conoce a mi familia, mi
historia y quien soy realmente está invitado a compartir mis experiencias, mis
vivencias y a comentar las anécdotas conmigo. De resto limítate a vivir tu vida
en plena felicidad y déjame vivir la mía, ya que tu vida no me consterna, no me
quita el sueño, no me interesa lo suficiente como para hacértelo saber,
realmente ni a ti ni a nadie. Te invito a que uses mis zapatos, a que te pongas
en mi lugar esos mismos 5 minutos que has presenciado para que cuando el peso y
la carga de una vida ajena te consterne, tengas el valor de admitir que estas equivocado
y que lo asuntos que no te corresponden, simplemente tienes que déjalos pasar.
Cuando
el mundo entero, comprenda que solo Dios puede juzgar a otros, por más
terribles o erróneas que parezcan sus acciones, puede que todo cambie. Que la
arrogancia desaparezca del panorama y logremos vivir más felices. Como dicen
por allí, vive y deja vivir. Es mi ley de vida, así no te enganchas con problemas
y vives en armonía con el cosmos.
Reflexionando
un poco les hablo #PeriodistaNoctambula ❤
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