¡Hablemos de libertad!
Libertad… ¿suena bonito no es
así? Todos la buscan, todos la anhelan e incluso muchos mueren por ella, pero ¿realmente
conocemos la libertad?. Según la RAE,
libertad tiene al menos doce definiciones, pero mi favorita es esta “Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir
cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres”. Naciones
bien gobernadas ¿existirá alguna nación bien gobernada?. Me voy por las ramas,
una vez más, el mundo quiere libertad, pero hay que saber qué tipo de libertad
quieres.
Quizás busques libertad de
pensamiento, esa que te deja ser quien eres, que te permite formar tus propias
ideas y no te limita. También la libertad de expresión es importante, sin ella
yo no podría estar acá compartiendo estas improvisadas líneas con uds. Pero de
cierta forma todos los seres humanos debemos tener la libertad de ser felices,
porque es casi un derecho, sentirte pleno en esta vida, aun cuando tu felicidad
conlleve al sufrimiento de alguien más. Suena terrible, frio e incluso un tanto
malvado pero no siempre podemos elegir si herir a alguien o no. Nuestras
acciones frecuentemente hieren a las personas que amamos o mejor dicho a las
personas que nos aman. El sufrimiento es un afecto colateral de amar, al menos así
lo veo yo. Ayer tuve una larga conversación con un amigo, discutimos sobre las
distintas maneras en que solemos herir a las personas y como se sale de
nuestras manos el poder de hacer sufrir a otros. Algo está muy claro, tu
felicidad no es directamente proporcional a la felicidad de otra persona.
Debo aclarar que no estoy
incitando a nadie a ir por la vida hiriendo a la gente, casi como un placer sádico
o siendo todo lo contrario al buen samaritano, lo que quiero resaltar es esa
habilidad que tiene una persona para obligarte a actuar. Muchas veces ponemos a
otros antes que a nosotros mismos, incluso si nuestra felicidad pasa a un
segundo plano. Y eso está absolutamente mal, pues para sentirnos bien debemos
llenar nuestro espíritu y nuestra alma de dicha. Lamentablemente la vida es
como es, por lo cual no podemos mantener felices a todas las personas. Yo podría
decir que al elegir tu propia felicidad, es inevitable herir a otros e incluso
es un mal necesario, porque hay que seguir hacia adelante y cumplir nuestras
metas personales. No obstante, pienso firmemente que de nada vale la vida sino
tienes con quien compartirla, entonces podría decir que me encuentro en una
encrucijada mental con respecto a esa idea.
He estado leyendo mucho acerca
de la libertad estos días, he conocido culturas inimaginables donde las
personas están obligados a pensar, hacer y ser lo que otros quieren.
Humillando, vejando y torturando a cientos de personas, solo por complacer el
ego y la vanidad de un dictador sin una gota de decencia ni compasión en todo
su ser. Y evidentemente con serios problemas mentales. Hay gente que vive prácticamente
en una cúpula, es como si fueran caballos de carreras, utilizando gríngolas desde
el mismísimo día en el que nacen. Estas personas solo ven lo que sus amos
quieren que vean y al primer indicio de individualismo, son brutalmente
atacados y en la mayoría de las veces son asesinados como ganado, sin una
posibilidad de defenderse, sin alguna concesión.
Detesto pensar que hay
personas allá afuera que no tienen la posibilidad de conectarse con el mundo, que
no pueden conocer la belleza que oculta esta tierra, que no pueden expresarse,
que pagan por crímenes que no han cometido, cual asesinos seriales, cuando
realmente tienen derecho a pensar distinto, a ser diferentes y a creer en sus
propios ideales. También he visto cosas horribles que están sucediendo en varios
países, asesinatos en serie a personas con piel diferente y creencias
religiosas específicas. Pero ¿Quién dijo que no puedes ser budista, cristiano, católico,
evangélico, musulmán, ateo, wicca, agnóstico, cienciologo? La verdad no sé cuántas
religiones más existan, quizás las sectas también cuenten, no lo sé, no me
importa, ni me angustia. Yo soy felizmente católica y puedo vivir tranquila
sabiendo que hay millones de personas diferentes a mí, una variedad de seres
que merecen respeto. ¿Por qué debemos obligar al mundo a seguir nuestras
costumbres, a ser como nosotros? Es decir ¿realmente hay que odiar a alguien
por ser bisexual, homosexual o transgenero? ¿Acaso alguien nos juzga por ser
heterosexuales? Me parece que todos quieren ser personas modernas, open mind,
pero realmente están atados a sus prejuicios, a vanidades sociales y esquemas estúpidos,
creados por personas que fallecieron hace cientos de años, personas que no conocían
otra forma de vivir. No sé si este en la naturaleza humana, pero es muy común que
queramos que los demás se adapten a nuestra forma de ser, que vean el mundo
como nosotros, pues jamás admitimos que los equivocados podríamos ser nosotros.
Tan solo imaginen por un instante
que aburrido y monótono sería un mundo donde todos fuésemos iguales, para mi
seria como un conjunto de bolsas de papel, de esas marrones, insípidas, patéticas
y poco interesantes. Deja que tu personalidad hable por sí misma, disfruta tu
vida, dejando vivir a los demás, esa para mi es la verdadera LIBERTAD.
#PeriodistaNoctambula ❤
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