Sindrome divorcio
Buenas noches queridos bloggers, primero debo decir que
lamento no estar al corriente con el blog, pero mi pésimo servicio de internet
me impide hacer lo que más amo, escribir, bueno mejor dicho compartir mis
escritos, porque escribir lo hare siempre, así sea en una servilleta…
Hoy limpiando mi cuarto, tuve una revelación, acerca de lo
que sucede después que terminas una larga relación con alguien... creo que nadie esta exento de haber vivido un
rompimiento o al menos una separación drástica y no hablo solamente de terminar
con un novio, me refiero a una ruptura sentimental de cualquier tipo de
relación con alguien, quizás tu mejor amig@. No suena tan creíble pero pasas
por el mismo proceso, el proceso de sanación.
Lo primero, es sincerarte contigo mismo, decir “esta
relación no está funcionando” y salir de ese típico estado de negación que
antecede al colapso. Luego viene ese momento en que te armas de valor y decides
acabar con una relación dañina, tanto para ti como para tu contraparte. El
siguiente paso es informarle al compañero que pues, “no eres tú, soy yo” o
mejor dicho no somos nosotros, ahora solo quiero ser YO! Suena un poco vil pero
es realmente liberador. Tras la hecatombe de lanzarte al mar sin saber siquiera
flotar, sabes que hiciste lo mejor, al menos para ti. Entonces viene eso a lo
que he llamado el síndrome
divorcio.
El síndrome divorcio consiste en separar los bienes,
desmembrar recuerdos y quizás deshacerte de algunas cosillas que no quieres ver
cada día, ya que son ese recordatorio fatídico de tu relación fallida. No
parece tan malo, pero créanme, lo es. Para empezar hay que clasificar tus
cosas, pondré el ejemplo más común, un ex. Dependiendo de cómo haya sido la
relación y de cuanto haya durado, deberás tener un número proporcional de
objetos que en algún momento fueron significativos para ti o al menos que te
lleven a un recuerdo. Normalmente esta clasificación de objetos también va a
depender del tipo de rompimiento que tuvieron. Es decir, si las cosas quedaron
muy mal, tanto como para no querer ver al otro ni poniendo gasolina, lo más
seguro es que quemes fotos y rompas cartas, también decapites uno que otro
peluche (no, no exagero, hay gente de gente). Otra posibilidad es que las
guardes, claro si quieres conservar las memorias de lo que fue, mas no en lo
que se convirtió tu ex relación.
Por último, en ese mal necesario de ver las cosas que vas a
conservar, están las cosas que eran de esa persona ya no tan especial, que
están en tu casa y evidentemente quieres devolverle. Aquí está la gran
disyuntiva de este paso, pues las dos opciones anteriores eran algo decisivas
pero necesarias. Sin embargo, este es el momento donde debes decidir quién se
quedara aquellos objetos que románticamente compraron entre los dos, pero que
ahora son objetos que se debaten en custodia. La tele, el play, algún auto,
quizás algo que vale más que todos los artefactos de tu casa, una mascota.
Parece una locura, pues no estas casado con esa persona, pero el síndrome
divorcio estará allí, ya sea porque decidas quien se quedara los juegos que
eran de ambos, los cds de música o LOS DVD.
He aquí la razón de ser de este post, el inicio de todo, el
génesis de mi epifanía. Tras mi pequeña limpieza, decidí que convertiría esta
noche, en noche de películas, como una cinéfila orgullosa, busque en mi pequeño
universo audiovisual y conseguí una película que comencé a ver pero no termine,
pues mientras mi hermana y yo nos disponíamos a verla, mi novio me llamo y
termine dejándola sola, llorando en un inmenso dolor, no, no por mí, sino por
la espectacular película que no esperaba ver esta noche y que claramente
subestime demasiado. Es evidente que llore como una tonta, por una de esas
historias hermosas, que te enamoran en un pestañar, esas donde dos personas se
enamoran, tan loca y apasionadamente que olvidas que solo es una película,
entonces terminas enamorada de los personajes y sufres con ellos de manera casi
incondicional. Me tomo unos minutos componerme de un inesperado final, tengo
que decir que tras mi sarcasmo y mi ironía desbordante, se esconde una
romántica empedernida. Pero la noche aún era joven y decidí que era momento de
ver algo más aventurero, incluso fantástico, así que busque a mi superhéroe y
semi dios favorito, mi amado y sexy THOR. Es decir ¿Quién no ama a un poderoso
y bello hombre que combate al mal? Y más aun teniendo una cabellera envidiable
y unos músculos para morirse.
En fin… Puse la película en el blue ray con un poco de escepticismo, pues no estaba segura de que ese estuche fuese el que buscaba. Tras los primeros minutos de película note, que estaba en lo cierto, era la secuela, no la película que esperaba ver. Así que la pause y me dispuse a buscar la primera película, lo que al principio fue un momento de relax, se convirtió en una insaciable búsqueda por mi amado DVD, que evidentemente no estaba en mi poder. Me senté disgustada, acalorada y pensativa, intentando rastrear mentalmente aquella película en cada rincón de mi casa, pero me convencía que tenía que estar allí, con el resto de mis dvds. Luego me di cuenta, que la última vez que vi esa película fue en televisión, no usando mi propia copia, entonces llego la revelación, porque la última vez que reproduje mi película, compartía mi sofá con un individuó que hoy es solo un mal recuerdo, entonces allí en ese preciso momento note que mi dvd fue alejado de mi hace más de tres años y que indudablemente no me había percatado en mucho tiempo. Debo decir que he estado muy ocupada y con nuevas personas, metas y amor en mi vida, no me di a la tarea de notar lo que ya no estaba a mí alrededor.
En fin… Puse la película en el blue ray con un poco de escepticismo, pues no estaba segura de que ese estuche fuese el que buscaba. Tras los primeros minutos de película note, que estaba en lo cierto, era la secuela, no la película que esperaba ver. Así que la pause y me dispuse a buscar la primera película, lo que al principio fue un momento de relax, se convirtió en una insaciable búsqueda por mi amado DVD, que evidentemente no estaba en mi poder. Me senté disgustada, acalorada y pensativa, intentando rastrear mentalmente aquella película en cada rincón de mi casa, pero me convencía que tenía que estar allí, con el resto de mis dvds. Luego me di cuenta, que la última vez que vi esa película fue en televisión, no usando mi propia copia, entonces llego la revelación, porque la última vez que reproduje mi película, compartía mi sofá con un individuó que hoy es solo un mal recuerdo, entonces allí en ese preciso momento note que mi dvd fue alejado de mi hace más de tres años y que indudablemente no me había percatado en mucho tiempo. Debo decir que he estado muy ocupada y con nuevas personas, metas y amor en mi vida, no me di a la tarea de notar lo que ya no estaba a mí alrededor.
Lo que hoy consterno a mi mente, fue el que conociéndome, sé
que disfrute el síndrome divorcio para realizar mi propia sanación, pero puedo
apostar todo a que esa película no se fue de mis manos a conciencia, pues la
adoro. Es decir, perdí la custodia sin pelearla y así cuantas cosas mas no se habrán
ido en aquella caja de objetos que devolví a ese ser. ¡Que terrible y tardío
descubrimiento! una gran anécdota sin duda, lo bueno es que si así lo quiero,
mañana mismo puedo ir a una tienda y reponer a mi Thor, pero creo que si decidió
irse sin más, solo me queda decirle como al resto de esos objetos que con un
placer casi ilegal devolví aquel día, Adiós.
Enloqueciendo sin internet, les hablo #PeriodistaNoctambula ❤
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